ENSAYO
– LEY DE MURPHY
A tiempo de ajustar los últimos detalles de la boda de mi
prima, mi familia se dispone a movilizarse a comprar, alquilar, encontrar,
crear y arreglar todo objeto necesario para que la unión se realice de forma
impecable. Los vestidos, tanto de ella como de su madre, las hermanas, las tías
y demás allegadas tienen que ser los ideales desde el primer momento de
concepción de los mismos. Pero, entre tanta vorágine – femenina, por supuesto
–, el miedo de que cualquier avería,
desperfecto e improvisto se presente, arruinaría el acontecimiento aunque sea
en lo más mínimo.
Pero todos estamos propensos a sufrir desperfectos o
accidentes grandes o pequeños. Si son
pequeños, son imperceptibles; pero, si son una serie de desperfectos continuos
– grandes, medianos o pequeños – y en algún momento nos advertimos de ello,
pues caemos en la cuenta de que tenemos mala suerte. ¿Es mala suerte? ¿La acumulación
de problemas, accidentes o desperfectos es o son producto de la mala suerte? O
por último, ¿la mala suerte surge cuando estamos predispuestos a tenerla?
Es Murphy quien nos advertía que “todo lo que puede salir
mal, saldrá mal”. Según este precepto podemos caer en la cuenta que la mala suerte viene por
parte de la predisposición de cada uno. Pero de esto fácilmente podemos derivar
en lo que sería el pesimismo. Murphy fue y es tildado como un gran pesimista,
pero ese título lo hacen las personas que no han entendido lo que quiere decir.
Debemos ver a Murphy como alguien que nos está alertando a
hacer mejor las cosas que hacemos. En sus otros preceptos nos da una patada en
el traste para realizar mejor nuestras actividades. ”Si usted intuye que hay cuatro
posibilidades de que una gestión vaya mal y las evita, al momento aparecerá
espontáneamente una quinta posibilidad”. Porque tanto que nos ocupamos de
ciertas cosas para que no resultan adversas, existe siempre algo que la hayamos
pasado por desapercibida. Y esa cosa no aparece “espontáneamente”, sino de
forma repentina y tal vez en el momento que menos queremos por que no la
supimos arreglar en su tiempo.
Sin embargo, “todo lleva más tiempo del que usted piensa”.
Respondería a las malas planificaciones y previsiones. Como la planificación de
un casamiento: a último momento no se hacen buenas cosas y no se lo realiza
como se lo tiene pensado. Algo que deberían pensar los que quieran casarse. Más
bien que mi prima no tuvo ese problema, aunque la familia esté tan neurótica
que piensa que algo tiene que salir mal. Porque “cuando las cosas se dejan al
aire, suelen ir de mal en peor”.
La mala suerte tiene que ver muy poco, o completamente nada
en nuestras vidas. Un factor importante para que “nos vaya mal” o sencillamente
que las cosas salgan como no queremos se debe a que la demás gente que habita
este mundo lo hace de esa manera. Me explico; no solo es nuestra culpa el
“tener mala suerte” es también “estar en el momento y lugar equivocado”, todo
tiene su tiempo. Por ejemplo, cuando
escuchamos sobre algún embarrancamiento en la carretera a Yungas y hay
fallecidos pues no es mala suerte, simplemente es el descuido de un chófer, o
el descuido de un gobierno que no hace nada por arreglar esa carretera. No es
que esas personas salieron sin su amuleto de buena suerte, salieron a vivir un
día más.
A esto se refiere Murphy, ¿por qué no disfrutamos de este
mal día? El siguiente puede ser peor. En realidad Murphy, como lo dijo O’Toole “Murphy
era un optimista”. ¿Por qué? Sencillamente, porque Murphy te invita a vivir y a
aprovechar el día. Te incita a que cada instante del día lo vivas de la mejor
manera. En resumen, en base a la filosofía Murphy, puedo decir a usted “Sonría,
mañana puede ser peor”.