EDITORIAL
Después de tantas citaciones el ex comandante de la Policía,
Jorge Santiesteban, será trasladado a la cárcel de San Pedro a cumplir su
condena. Estas situaciones de corrupción y uso indebido de influencias se dan
de forma más frecuente en los últimos años y dejan en crisis a la institución
del orden. Ya no es novedad cuando se comenta en las calles sobre estos casos.
¿Nos volvemos más indiferentes ante estas situaciones, o la corrupción está
llegando a ser socialmente aceptada?
La artimaña usada en este caso se llama “plan piloto” de
jóvenes interculturales, dicho sea de paso nunca existió. Existe la versión,
rechazada por Santiesteban, que cada uno de los 54 cadetes pagó más de cinco
mil dólares estadounidenses para ser aceptados en la Universidad Policial
(Unipol). Pero viendo más allá dentro de esta institución, ya que los cupos de
grados vacantes son limitados, se tiene que pagar para ascender y los montos
oscilan entre los cinco y diez mil dólares estadounidenses. Y es bastante
conocida esta situación. Por eso se dice que “para ascender en la Policía hay
que tener plata”.
El coronel Víctor Maldonado, nuevo comandante de la Policía,
debe afrontar esta difícil situación ante una notoria oposición que sufre su
mandato. Ya recibió el rechazo por parte del director nacional de la FELCC,
Jorge Toro, la representante de esposas de policías, Guadalupe Cárdenas, el
director nacional de Diprove, Jorge Cárdenas e incluso del dirigente de la
Cidob, Adolfo Chávez. La protesta se vale de dos puntos: Maldonado no salió de
la Academia Nacional de Policías (Anapol); y solamente un general puede ser
designado como comandante. Por tanto viola el artículo 13 de la Ley Orgánica de
esta institución y el artículo 253 de la Constitución Política del Estado.
Se podría llegar a la
apreciación que aparte de corrupción están cometiendo actos de discriminación.
En el pasado, los policías, al momento de recibir a los postulantes se los
excluían por el apellido, después fue por motivos de quién tenía más dinero y
así se iban poniendo más trancas. Con la
reciente posesión de Maldonado se abre de nuevo el tema de la discriminación,
según él, al no aceptarlo como autoridad máxima de la institución, lo están
discriminando.
Una interrogante que nos debemos hacer es, ¿con qué criterio
el gobierno nacional optó por Maldonado para el cargo y no a otro que estaba
más calificado, dentro de la carrera de méritos como indica la CPE? Esta movida
del gobierno, de designar a un “tira” como máximo jefe policial parece ser que
responde más a una estrategia que a un correcto cumplimiento de las leyes.
Lo que podemos hacer es pedir a Maldonado que tenga la
capacidad de sanear a la institución verde olivo de la corrupción. Que no sólo
sea un títere para introducir más infiltrados en organizaciones, partidos
políticos, agrupaciones ciudadanas, movimientos sociales y marchas que no son
afines al gobierno del MAS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario