martes, 29 de mayo de 2012

Editorial - Control a las redes sociales


EDITORIAL

El pasado 13 de mayo, el presidente Evo Morales vertió comentarios en torno a mensajes discriminatorios en su contra en la famosa red social Facebook. A raíz del reclamo de Morales, en el país se inició el debate acerca de la regulación de estas redes con una nueva norma y, además,  haciendo prevalecer la existente ley 045 de “Lucha Contra el Racismo y la Discriminación”.

Esto nos hace pensar de inmediato que el derecho de libertad de expresión que gozamos, puede ser totalmente violado. Estaríamos volviendo a épocas retrógradas y oscuras en la que la expresión popular era hegemonizada. Ante este hecho, el gobierno incrementa su mala imagen y en este caso principalmente de los jóvenes, quienes son los más directo afectados. Este tipo de medidas es inaceptable cuando gozamos de la democracia en la que todos podemos expresarnos libremente.

También, sin ir más allá, cabe recordar lo que pasa en países como China o Irán. Las redes sociales y el uso de internet están reguladas por el Estado. En China está vigente el equivalente asiático a Twitter, Sina Weibo. La página tiene absoluta potestad de vigilar los comentarios que se emiten por los usuarios en ella. O Irán, que se planea la formación de un Consejo Supremo para internet, cuyo objetivo será realizar “una completa observación de la red a nivel nacional e internacional”.

Algo que debemos entender es que no podemos emitir mensajes discriminatorios o racistas y después escudarnos en la libertad de expresión. Sino basta con recordar lo que pasó en Alemania hace tres años. Una organización neonazi protestaba ante el gobierno para que los dejen difundir su ideología, amprándose en la libertad de expresión. Por cierto, en el país germano está terminantemente prohibida la emisión de ideas nacionalsocialistas – que lleva implícito el racismo, el antisemitismo y la homofobia entre otros – y el uso de símbolos como esvásticas.

Todo depende del entorno de cada persona y cómo fue educado, por eso la educación intrafamiliar es primordial en este tipo de casos. Los niños son los principales afectados y los principales observadores de nuestras conductas, palabras y acciones, ya sean malas o buenas. Lo único que tenemos en nuestras manos es el buen uso de estas redes y también la buena aplicación con otras personas. Toda libertad conlleva una gran responsabilidad.

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